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Mostrando entradas de julio, 2008

Se llaman Mac y Meg

Estando en casa parece que a ellos les va suficientemente bien con sólo tomar el sol que les cae de la ventana. Se dejan caer de manera que puedan ir rotándose conforme van entrando en calor. Tan tranquilos los veo que luego me muevo con cuidado para no perturbarlos; nunca lo logro, se levantan para ir a donde quiera que vaya, no importa si es al fondo de la habitación o al continente de al lado. Cuando me descubro sola, alguno de ellos levanta su carita y me dirige unos ojos de ternura que a leguas dicen: "Aquí estoy". Me calientan los días de frío, se acercan para que los abrace cuando ya ha pasado tiempo que no toco a nadie. En los momentos más tristes se echan a mi lado para que apoye mi cabeza en ellos y siga llorando.

Sonrisas

Hay humor en las calles de Estocolmo, un aprueba de ello es este aviso que encontré en Kungsträdgården (" WARNING TO TOURIST, DO NOT LAUGH AT THE NATIVES ") que por cierto me recordó a la señal número doce de una lista que me encontré (hago la anotación, no se vaya a pensar que yo me la inventé) sobre las cincuenta señales de que has estado mucho tiempo en Suecia: When a stranger on the street smiles at you, you assume that: 1. he is drunk; 2. he is insane; 3. he is American; 4. he is all of the above. Sepan que no he hecho caso de tal aviso, que aviento sonrisas cuando puedo y que en algunos casos he recibido respuestas. A lo mejor he corrido con suerte, a lo mejor mi sonrisa es especial, que sé yo.

Mamma Mia! en Skandia

A mi gusto hay pocas salas de cine en Estocolmo, de entre esas pocas escogí a Skandia, que tiene la estructura de un teatro y asientos dobles en las filas de atrás, para ver una película que prometía emoción por parte del público: Mamma Mia! Llegamos media hora antes a un Skandia poco concurrido, de modo que mi ánimo se sintió un poco. Luego de que imprimimos los boletos de entrada en una maquinita donde se desliza la tarjeta de crédito con la que hizo la compra por Internet, fuimos a aprovisionarnos de palomitas y agua mineral; volví a recorrer con la mirada todo el mostrador y no, aún no hay salsa Valentina ni limón para echarle a las palomitas. Acudimos a nuestros lugares, fila veinte donde los asientos son dobles, a ver si la gente ya estaba sentada. "¿Dónde está la gente? ¿será muy temprano para una función a mitad de la semana?", pregunté. "No, no creo la gente no se queda tan tarde en el trabajo, será que prefirieron irse de vacaciones que venir al cine". 19

Ver el cine en Estocolmo

Siempre me ha gustado el cine, eso lo heredé de mi mamá. Me gustaba desde que veía el periódico con mi mamá y buscábamos una función disponible próxima en los cines del alrededor que abarcaba el Pedro Armendariz, el Churubusco, los Gemelos de Villacoapa, el Brasil, el Copacabana, el Coyoacán, los Viveros, el Géminis y otros tantos cuyo nombre tristemente ya no recuerdo. Escoger una película simplemente porque quedaba a la hora que nos proponíamos salir hizo que viéramos diversidad de películas, algunas hasta las sufrimos pero jamás abandonamos el cine. Me recuerdo de dos horribles, una hasta estuvo nominada al Oscar: "Alcino y el Condor". La otra era casi porno para mis ojos de adolescente (con mi estatura siempre pensaron que era mayor), creo que se llamó "Star". Había películas que no pude ver ya fuera por el impacto visual o porque se me hacían muy aburridas y además las vi siendo una niña que ni siquiera alcanzaba a leer los subtítulos. Pasé noches de pesadilla

Había que cortarme el cabello

Llegó el momento de arreglarme el cabello, las luces que me hicieron en abril ya deslucían mi cabello y el lado izquierdo se veía más largo que el derecho. Ayer pasé por una de las muchas estéticas que hay e hice una cita, para hacerla es más fácil decir "Book" que "I would like to make an appointment" (por cierto que para todo hay que hacer cita en Estocolmo, hasta para enfermarse). Llegué puntual a mi cita, el staff se componía de gente que hablaba otro idioma que no era el sueco entre ellos, como árabe me pareció que sonaba y sólo dos medio inglés. Virgen santa. Decidí que debía descartar luces he irme por lo seguro pidiendo un color parejo, para escogerlo sólo tenía que usar mi dedito apuntador. Dos horas y algunas páginas de Simone de Beauvoir después me miré al espejo con el cabello lavado (que me lo tallaron como si no me lo hubiera lavado en meses) y para mi asombro casi güero. Ya ni para qué me agobio o me enojo, así quedó y lo más curioso es que pegado a l

La moda Flans no ha muerto

En la lista de las cincuenta señales de que ya has estado en Suecia por mucho tiempo dice la número veintiuno "Your old habit of being fashionably late is no longer acceptable. You are always on time." Así que amantes de la moda Flans, Estocolmo es su ciudad. Las chicas siguen usando mallones y camisetas largas, las tiendas venden ropa de algodón de ese que se estira y con el que se confeccionan pantalones, camisolas, faldas y accesorios. Casi me nace la necesidad de ir a comprar mis mallones que aquí los hay de todos colores y texturas, son un must en el vestuario de pequeñitas y jóvenes, las más grandecitas los usan con faldas ligeras de modo que están listas para tiempos de sol y tiempos de viento. Qué talla sean no importa, todas se animan. Ni qué hablar de los tenis de piso ligeritos de tela blanca, aquí les dan un uso singular y no los sueltan ni aunque tengan hoyos en los talones. Se me ocurre que una día de estos, cuando esté el sol, me voy a sentar por Götgat

Solna Centrum en lugar de Gamla Stan

Ni a comparación llega, yo lo sé y si de escoger se trata me quedo mil veces con Gamla Stan. Hoy no se trató de querer o no querer, hoy se trató de que el día simplemente me dijo que hoy no iría a Gamla Stan. Ya había comido, estaba bailando al ritmo de los ochentas (que en Estocolmo es de lo más fácil) cuando alguien tocó a mi puerta. Era un emisario de Com Hem que venía a desmadrarme el plan. El güerito sonriente me pidió pasar a checar unos cables del balcón porque los del restaurante tailandés que está abajo de mi departamento no tenían cable (eso para un negocio está cañón, así que lo dejé pasar). Fue y deshizo en un ratito lo que tanto trabajo había costado que hicieran para que pudiera tener internet y tv. Yo ya hacía ruido y me echaba perfume a ver si entendía la indirecta y me decía bye bye. Finalmente captó la onda y me dijo que si ya iba a salir. "Yes" le dije. Pues que qué problemón porque el fulano que vino antes hizo su trabajo con las patas y que para que tuvie

Calzado tradicional

Desde chiquita he querido unos suecos, mi mamá no me los compraba porque yo tenía el pie plano y necesitaba de zapatos con los que pudiera usar plantillas. Usé las plantillas hasta sexto de primaria y en ese tiempo ya los suecos habían pasado de moda y no se encontraban en las tiendas salvo unos que vendían en donde arreglan los pies y tienen cara de zapatos para pies enfermos. Ya grande, encontrándome en San Francisco vi unos que parecían suecos pero que guardaban una forma de bota y estaban muy altos. Los compré y me encantaron. Me hacían más alta de lo que soy y algunos se hacían hacia atrás para no tener que forzar mucho el cuello cuando me veían a la cara (ja, ja). ¡Ahora vivo en Suecia! he visto algunos como para turistas de colores muy chillones; en una tienda donde no vendían los suecos sino otra cosa, tenían unos de adorno muy bonitos. Estoy en la búsqueda, no me iré de aquí sin un par a mi entera satisfacción. ¿Qué zapatos usan ahora los suecos? ¡Ah! en este época del año do

La comida me mata

Me he topado con un programa de unos británicos visitando Oaxaca y de inmediato me quedé prendida de las imágenes de lo conocido. Frente a mis ojos se comieron un tamal verde, uno de mole y luego se fueron al mercado a ver los chiles con los que se hace el mole. En una tienda de Södermalm se pueden encontrar varios chiles que los venden a precio de oro. Los tienen almacenados en unos frascos, así que para hacer un buen mole habría de comprarlos todos y a lo mejor ni así alcanzaría (tiene muy poca cantidad de cada uno). Pero regresando al programa, casi se me cae la baba cuando les veo entre las manos un sope con frijoles refritos y salsa verde. Luego llegó el momento en que se ponen a preparar algo con productos mexicanos pero que luce como canelones, mientras preparan el pollo y muelen los frijoles en la licuadora (mi abuelita se hubiera espantado de ver tal atrocidad, cuando ella les daba su tiempo y los iba apachurrando mientras se iban friendo) unos mariachis se acercan a cantar, l

La Eurocopa

El comentario generalizado no censurado era "¿Qué hace Turquía en la Eurocopa?, ¿desde cuándo Turquía es Europa?, Turquía no tiene fútbol" y para ser sinceros yo misma recordando mis clases de geografía no veía razón para identificar a Turquía como parte de Europa. La geografía a cambiado y los intereses económicos también. Pero hablando de fútbol, este torneo en verdad me sorprendió, primero por lo lejos que llegó Turquía y en segunda por los pésimos partidos de cuartos de final. Fueron pocos los encuentros que en verdad disfruté, por ejemplo el partido entre Holanda y Francia realmente era de campeonato, los pases, los goles, realmente estaba viendo un espectáculo y realmente me estaba divirtiendo (que es para lo que sirve el fútbol). Lo diferente de ver los partidos en México a verlos en Suecia era la experiencia de ver reaccionar a la gente. Los suecos si se emocionan pero en general guardan la compostura y no oí un solo grito a los árbitros. Me hubiera gustado que el equ

A la escandinava

Como parte del proceso de adaptación en las tierras del norte, estuve trabajando en mi cabeza la idea de estar preparada para un día de sol en bikini. El día ha llegado señores. Estaba sudando en el departamento y se acercaba la hora de pasear a Mac y Meg, no había escapatoria, la hora del bikini había llegado. Me lo puse y preparé la maleta con lo esencial, un trapito para recostarme sobre él, un libro, mi celular, mi computadora y mi tarjeta de internet. Tomé a mis perros y a la basura (los contenedores me quedan de paso al paraíso terrenal). Como podrán ver no empaqué lentes de sol, ni bronceador, ni agua. Pero no podíamos dar macha atrás. Los perrines ya quería hacer pis y el día podía cambiar de humor en cualquier momento. Una vez hecho las escalas de rigor: árbol de Mac, pastito de Meg y contenedores, llegué a unas canchas de futbol. Escogí una portería para amarrar a los perrines y empecé con la desvestida como quien se hubiera robado algo. Eche una ojeada para ver si era lo úni

Baños espaciales

Dicen que esto ya se usaba en los baños de los exclusivos hoteles de la Ciudad de México, yo lo he visto hasta ahora en un baño en un restaurante de Londres. Ha llegado al máximo la higiene y el cero contacto con el otro. Gradioso es que uno pueda "jalarle" al agua del WC sin tocar absolutamente nada, así que habrá que cambiar el verbo que venía de cuando los baños tenían cadena. Ahora nada más pasas la mano por un sensor (sin tocarlo) y listo. Pero lo que me sorprendió va más allá de esto. Procedí a lavarme las manos, llaves igualmente activadas con sensores, nada que sorprenda pero al momento de la secada de manos se me complicó la situación. No encontraba papel por ningún lado, ni las secadoras blancas o metálicas tradicionales, daba vueltas como perro a punto de echarse por el lugar sacudiendo el exceso de agua y presintiendo que no tendría más remedio que hacer uso de mis pantalones y salir con la marca de mis manos en las piernas o las pompis. Otra ojeada y nada, sólo l

Sigue lloviendo

Pensé que en julio, por lo menos el primer día, nos quedaríamos con el sol tan rico que tuvimos hasta medio día. Pues no. En punto de las cuatro de la tarde, se desfondaron las nubes que cubren Solna, desconozco hasta donde abarca esta lluvia torrencial. Hoy también están de huelga los autobuses, los choferes piden jornadas laborales más cortas, más días de descanso y un incremento en su sueldo (en ese orden). Seguramente más de uno se estará acordando de ellos justo ahora bajo la lluvia. La gente no corre bajo la lluvia, caminan y si no traen con qué cubrirse igual caminan. Si existe la opción de resguardarse esperan sin mayor aspaviento pero nadie corre. Tengo hambre, me guardé un poco a la hora del lunch porque he sido convidada a un BBQ que peligra horrores si quien quiera que sea responsable de esto se sigue empeñando en tirarnos agua. A mí si que me está lloviendo sobre mojado.