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Mostrando entradas de marzo, 2009

Fe

La firme y absoluta convicción de que algo es verdad ya no existe ni en mi cabeza, ni en mi pecho. No hay una sola parte de mi cuerpo que pueda albergar tal virtud. Un velo me cubre por dentro de tal suerte que en mí no hay nada que pueda encontrar.

Ese dolor placentero

Me gustan las películas donde un hombre y una mujer se encuentran, se enamoran y prolongan el espacio después del cual sus labios se tocarán. Esas escenas me producen un dolor placentero en mi tórax, bien a bien no se exactamente en qué parte, a veces siento como una punzada fina que me atraviesa y me hace respirar despacio y mi temperatura se eleva y no quiero que acabe. Pero la película acaba y me quedo muy sola. Hay ocasiones en las que cierro los ojos y repaso en mi mente las escenas de los labios que se aproximan, de la piel que se toca, del amor prometido que se expande por el cuerpo y termina alumbrando las pupilas, dulcificando la mirada, aperlando la piel. Entonces deseo que cuando llegue la noche y sea hora de dormir, mis sueños me construyan la mejor película de amor.

¿Eres libre?

Esta pregunta me la hicieron hace dos años, me he acordado de ella porque la tenía grabada en un archivo de mp3 precisamente para que no se me olvidara. Apenas volví a escuchar la pregunta me quedé en un vacío mental, al igual que la primera vez que la oí. Creo que en los dos casos hubiera querido revirar la pregunta de esta forma: ¿Qué? ¿Qué es eso? ¿Qué carajos es la libertad? Pero no lo hice y en cambio me he puesto a echar un choro mareador que al final no supe si contesté sí o no. Me puse a buscar una definición y me encontré esta: libertad es la "facultad humana de dirigir el pensamiento o la conducta según los dictados de la propia razón y de la voluntad del individuo, sin determinismo superior ni sujeción a influencia del prójimo o del mundo exterior". Entonces yo creo que no soy libre, la conducta aprendida me limita, los eventos de mi pasado me acotan, las leyes (o sistemas de creencias) no escritas de mi familia así como las escritas de cada lugar al que asisto o

Soberbia

Estaba en clase, del lado izquierdo una mujer, del lado derecho un hombre. El hombre, el profesor. La mujer, una aspirante a escritora, como yo. Los dos, mis reflejos. Los dos sacándome de quicio mostrando mi dualidad, mis rincones oscuros. La derecha mi inseguridad, mi incongruencia, mis deseos de que me vean aún cuando mantenga un bajo perfil. La izquierda la falsa creencia de que los demás no saben nada, de que por su cabeza no pasa un pensamiento por más de un minuto, también otra forma de inseguridad y deseos de ser vista pero a través del exhibicionismo. Lo cuento como quien cuenta una anécdota y a cambio recibo la confirmación de lo dicho resumido en una sola palabra: Soberbia. ¿Qué diablos es la soberbia? Dice por ahí que es vanidad, altivez, arrogancia. Yo me digo que no soy vanidosa, tal vez a veces altiva pero nunca arrogante. Eso digo yo. Luego leo que a la soberbia se la concreta con el deseo de ser preferido a otros, basándose en la satisfacción de la propia vanidad. Aquí

Noticia sin importancia

Que me veo al espejo, que me miro el cabello. ¡Qué disparejo! No lo pienso más de cinco minutos. Ahora luce cortito, de él es imposible que me haga una colititita de caballo. Las canas ahí siguen. Por el momento creo que me las quedaré como testigos de que la vida no me ha pasado en vano.

Ciao, Hej då, Ahí nos..

" Peregrino interior Se despidió de sí, llorando... Él mismo fue a recibirse al final del camino" . Alejandro Jodorowsky Uno no siempre tiene ganas de irse, pero la cita con uno mismo no es algo que pueda rehuirse, entre más se tarde uno más llorará durante el viaje. Así que no queriendo perder más el tiempo y dejándome de engañar, he llegado a la obvia conclusión de que si quiero en verdad aprender a volar es algo que tengo que hacer sola. Total, ¿qué puede pasar?...¿que me parta la mandarina en gajos? también se la puede partir uno haciéndose pendejo. Al menos si uno se avienta no habrá quien le cuente. Yo sé que se puede aprender por las buenas o por las malas. Ya tengo una buena dosis de aprendizaje por las malas y la verdad es que no me ha gustado la experiencia. Si alguien me mira de capa caída se le agradecerá la empatía que pueda brindarme (no me caerían nada mal unas porras). Si nadie me ve por ahí, entonces agradeceré sus oraciones (no se espanten que no se requier

Mientras todos duermen

Hace horas que cayó la noche, el pulsar de la gente ha disminuido trayendo silencio. La lámpara de mi mesita de noche sigue prendida para distraerme con las sombras que se forman. Un libro espera abierto a que siga navegando entre sus hojas. Me debato entre la terquedad y el abandono. Parece que cada vez está más cerca la hora de volver, aunque nunca se vuelve del todo porque nunca se es el mismo. En lo que llevo de vida, nunca he sentido deseos de volver a lo que fui ayer, hace un año o a determinada época. Nunca me ha sido fácil la vida, estar donde estoy ha significado esfuerzo. Quizá de aquí venga mi aversión al regreso: ¿cómo desandar el camino andado? ¿Cuántas veces se puede morir y renacer en vida? Prácticamente uno se muere cada día, al llegar la noche, pero lo vivido ese día no podrá jamás ocultarse. Llega el nuevo día y abrimos los ojos pero en lugar de construir algo nuevo pasamos inventario para ver en qué nos quedamos para poder seguir así con el mismo cuento aunque ya est

Avatamsaka Sutra

El Sutra de la Guirnalda, perteneciente al primer dharmachakra (Siglo ~ V AC): "En el cielo de Indra hay una red de perlas de tal forma ordenadas que si miras a una, ves a todas las demás reflejadas en ella. Del mismo modo, cada objeto del mundo no es sólo él mismo, sino que incluye a todos los demás objetos y es, de hecho, todos los demás [...Y dentro de la Torre de Indra...] hay también cientos de miles de torres [o Universos], cada una de las cuales está tan exquisitamente adornada como la Torre principal misma y tan espaciosa como el cielo. Y todas estas torres, más allá de lo que en número podría calcularse, no se molestan en absoluto unas a otras; cada una preserva su existencia individual en perfecta armonía con todo el resto; no hay aquí nada que impida a una torre estar fusionada con todas las demás individual y colectivamente; hay un estado de perfecta entremezcla y, sin embargo, de perfecta ordenación. Sudhana, el joven peregrino, se ve él mismo en todas las torre