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Mostrando entradas de abril, 2015

¿Hay algo que meditar al respecto?

Vengo de la pestaña de al lado de mi navegador web. Recién visité mi blog Leo luego escribo  y me causa no sé que de entrada ver cuáles son los libros que he leído que más visitas tienen. Ni caso tiene escribir aquí los nombres porque claramente se ve que las palabras que contienen los títulos hacen referencia a lo que más busca la gente. ¿Qué busca la gente? Pues si descartamos a los ociosos sensacionalistas nos quedamos con búsquedas muy interesantes. Las búsquedas siempre provienen de las necesidades, de las carencias, de lo que más íntimamente nos interesa: espiritualidad, felicidad-relaciones, muerte.

Entre idiomas

Supongo que cada quien tiene sus gustos, tendencias o predilecciones en cuanto a idiomas se refiere. Yo tengo muchos. Mi paso por el aprendizaje de distintos idiomas ya tiene un rato. No diría que se trata de inconstancia o de incapacidad de aprender bien al menos alguno. Mi vida me a puesto delante las oportunidades y me gusta probar.  Canto y suspiro italiano, como y suspiro francés, medito y suspiro alemán, descubro y suspiro griego, sintetizo inglés, me abismo sueco y guardo silencio en español. No se me mal entienda, no domino ninguno, sino más bien son como piedritas que guardo en la bolsa a manera de recuerdos, son pequeñas grietas desde las que se me cuela el mundo y me pone tan triste no poder hablar y entender todo lo que quisiera, pero igual canto, como, medito, descubro, sintetizo, me abismo y guardo silencio. Y dentro de mí, un paisaje de campiña recibe una mesa de mantel blanco con vino, aceitunas, pan, aceite de olivo, queso y mermelada; bajo un fondo

Rememorando

En una breve pausa, a la luz del café, de la voz de Jon Carin al ritmo de Pink Floyd, del suave y aterciopelado sabor de un crème brûlé; una vez distendidos los músculos de los hombros, una vez hecho contacto con el pulsante interior; rememoro. ¿Cuándo fue que perdí el contacto con la fuente de lo que solía escribir? ¿Cuándo llegó la duda de aquello que tenía atmósfera de certeza? Me leo en aquellas palabras de hace dos años y entiendo lo que he dejado de comprender. Hace unas horas ya no sabía nada de lo que sabía hace dos años. ¿He olvidado? No, no es olvido. Es la consecuencia del trabajo de la duda que me ha sacado de mí para irme a buscar no sé a donde. Entre hace dos años y hoy hubo algo. El regreso al pensar calculador, al análisis, a los datos duros, a las palabras de renombre. El abandono de lo sutil por lo concreto. El hacerme de los modos de la ciencia, de los modos de la academia que no han dejado espacio para mis modos, los latentes, los vivos, los de voz propia